Aumentan los casos de disfunción eréctil en Urología por la ansiedad que genera la crisis
22 de octubre de 2008
“La preocupación provoca insomnio, cansancio, tristeza o pesimismo. Se tiene menos relajación y peores condiciones para las relaciones sexuales”
Alicante, 16 de octubre de 2008
Los urólogos están apreciando un crecimiento paulatino de los casos de disfunción eréctil por la crisis económica: “Han aumentado las consultas por disfunción eréctil porque ha crecido el número de parados. La preocupación provoca insomnio, falta de apetito, cansancio, tristeza, nerviosismo, irritabilidad y pesimismo. Con todo ello, hay más ansiedad y se tiene menos relajación y peores condiciones para las relaciones sexuales”.Insomnio, falta de descanso adecuado, descontrol del ciclo del sueño, o lo que es lo mismo si lo agrupamos: ansiedad y estrés provocadas por la crisis, que explicarían que la disfunción eréctil tenga cada vez más un “origen psicológico”, según explica el Dr. Luis Prieto, responsable del Dpto. de Urología del Instituto Bernabeu.
“La relación entre la crisis económica y la disfunción eréctil se basa en la aparición de la ansiedad y las alteraciones de la autoestima”, según explica el experto. “El mecanismo por el que la ansiedad se relaciona con la aparición de la disfunción eréctil ha sido muy estudiado. Desempeña un papel doble: en primer lugar como inicio u origen de la misma y en segundo lugar, como mantenimiento de dicha disfunción”.
Así, “un primer episodio situacional de disfunción eréctil en casos donde la ansiedad impera, puede convertirse en una primera experiencia frustrante. Tras esta situación, el varón puede sentir una siguiente relación preocupado por su rendimiento con la pareja, lo que incrementa su auto-observación. Si adicionalmente existen pensamientos obsesivos, causas exógenas que generan inseguridad, mitos, ideas de culpa, etc. la situación que se crea será claramente ansiógena, generando una mayor probabilidad de incapacidad parcial o total para mantener una relación sexual satisfactoria”, añade Prieto.
Si a todo esto se añaden problemas previos de relación de pareja (o dificultades a la hora de establecer relaciones interpersonales) “la situación puede volverse francamente amenazadora o displacentera. Aquí se incluye la dimensión familiar o de la pareja”.
Aumento de las consultas atribuibles a la crisis.
“Hemos apreciado recientemente un aumento de las consultas por disfunción eréctil de origen psicógeno en un importante número de casos”, afirma el Dr. Prieto. El prototipo del hombre que visita las consultas urológicas por este motivo “es de un varón promedio 35-45 años, sin alteraciones orgánicas, relaciones sexuales previas satisfactorias, pero que a partir de un expediente de regulación de empleo o cese en su actividad laboral, empiezan a aflorar problemas de pareja”.
Los varones acuden indistintamente solos o acompañados, “en esto no cambia el perfil habitual. Esto suele ser dependiente de la timidez del varón y también del grado de participación de la mujer en el problema”.
Prieto explica que “cuando el varón acude solo, suele ser por tener una primera aproximación de cuál es la causa de su problema (es consciente de él) con el fin de solucionarlo. En otras ocasiones, acuden conjuntamente cuando hay participación y comunicación de pareja en el problema. En otros casos, cuando la timidez del varón en este aspecto es importante, sobre todo en los últimos años, el varón es traído a la consulta por la propia mujer”.
Soluciones
En principio, este tipo de problemas se solucionan solos, sobre todo si desaparece la causa. No obstante, “puede ser de gran ayuda una entrevista especializada, y el más adecuado especialista en este caso es el Urólogo, que hade conocer los aspectos tanto psicológicos como orgánicos que afectan a esta disfunción”.
Para el Dr. Prieto “es siempre necesario descartar factores orgánicos”. Algunos de los ejemplos que expone el especialista son que el aumento de la tensión arterial o la medicación antihipertensiva pueden producir por sí solas dicho trastorno. Disponer de esta información o de otros datos relacionados “puede permitir enfocar el problema”.
Los hábitos de vida, el descanso, hacer ejercicio físico, llevar una dieta saludable, el consumo limitado de alcohol o dejar de fumar, son recomendaciones personalizadas “que pueden ser de gran ayuda”.
Afortunadamente, también “se dispone de fármacos frecuentemente eficaces, con baja tasa de efectos secundarios, que no producen dependencia y que en algunos casos pueden ser de gran ayuda (Viagra®, Levitra® y Cialis®). Cada uno de ellos tiene unas particularidades y farmacocinética que se adaptan mejor a cada tipo de paciente, cuando son necesarios”. Cuando estos fracasan o no se obtiene el efecto deseado, existen aún más alternativas.
Dr. Luis Prieto Chaparro
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid en 1986. Es especialista en Urología (MIR) en la Cátedra y Servicio de Urología del Hospital Universitario San Carlos de Madrid. Posee el grado de Doctor en Urología por la Universidad Complutense de Madrid. Es facultativo especialista de Área en Urología por oposición desde 1994, de la Agencia Valenciana de la Salud. Director Científico de la revista Urodinámica aplicada y miembro del equipo de redacción de las revistas Actas Urológicas Españolas y Archivos Españoles de Urología. Miembro de Múltiples sociedades científicas y coordinador nacional del grupo de urología funcional femenina y urodinámica, de la Asociación Española de Urología.
Más información y entrevistas al Dr. Prieto:
Anna Gomis Pastor
Departamento de Comunicación
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