En busca del bebé que no llega: historia de cuatro mamás reales
2 de junio de 2023
En el Día Mundial de la Fertilidad, Instituto Bernabeu reúne a cuatro mujeres que han luchado contra la infertilidad, la han superado y quieren contarlo
En 1978 la Humanidad vivió una revolución médica. Nacía la primera niña por fecundación in vitro (FIV), Louise Brown. Desde entonces, millones de personas han nacido en el mundo gracias al avance de esta ciencia. Hoy, 1 de cada 6 personas sufre infertilidad y muchas otras recurren a la medicina reproductiva para formar modelos de familias diversos.
Los casos más frecuentes en las consultas de los especialistas son los de parejas que intentan tener un hijo demasiado tarde, mujeres que deciden serlo en solitario, familias de dos mamás y otras que, por su herencia genética, están abocadas a tener hijos enfermos si no reciben la ayuda de la medicina reproductiva. En el Día Mundial de la Fertilidad, cuatro mujeres que han luchado contra la infertilidad y la han superado gracias al equipo de Instituto Bernabeu, cuentan su experiencia.
La incertidumbre del primer momento, los miedos, la tristeza ante resultados negativos, la confianza en los médicos, lo lento que pasa el tiempo, la alegría del positivo, y de nuevo, los temores durante el embarazo esperando que todo vaya bien. Experiencias reales y compartidas por todas, que ahora desean que sirvan para futuras mamás en su misma situación.
Laura Aznar y Ana Monteagudo son pareja desde 2017. La relación iba muy bien y llegó un día en el que decidieron que querían cambiar sus vidas ampliando su familia. Lo que no sabían era que el destino les deparaba dos corazones a los que querer sin límite. “Vinimos a informarnos a Instituto Bernabeu. Nos asesoraron de los posibles tratamientos y de la evolución hasta llegar a ser madres. Nos lo explicaron tan bien que empezamos el mes siguiente. Al principio iniciamos el tratamiento en la clínica de Madrid, por comodidad debido al trabajo. Con el traslado a Alicante pudimos hacer el seguimiento en nuestra ciudad sin ningún problema”, detalla con una sonrisa Ana. Para ellas, la medicina reproductiva era el único camino para formar su familia.
También para Beatriz García, pero su caso es distinto. “No tenía pareja, aunque siempre he querido tener hijos. En otro centro me dijeron que no iba a ser madre en la vida, que no había funcionado la estimulación. Vine a IB y en 3 estimulaciones consiguieron el propósito y lo logré en la primera transferencia”, cuenta emocionada, mostrando su barriguita de 12 semanas de gestación. El apoyo de su familia es fundamental para ella. Tiene como amuleto especial un anillo regalado por su hermana que le recuerda que nunca debe perder la esperanza.
A su lado, Verónica García la escucha con emoción antes de contar su historia. La suya ha sido una lucha de varios años hasta que pudo dar la bienvenida a su pequeño Ricardo. Le diagnosticaron una baja reserva ovárica y, a pesar de ello, nunca se rindió. Confiesa que se sintió muy perdida al principio, que llegó a pensar que nunca sería madre: “hubo tres intentos fallidos pero a la cuarta llegó mi pequeño”. Destaca el papel fundamental de su marido, que nunca dejó que se hundiera durante el proceso. “Mi pareja ha sido el número uno en el apoyo. Sin él me habría venido abajo más de una vez”.
Los bebés de estas tres mujeres comparten la charla de sus madres ajenos al tema de conversación. Natalia Romera, la psicóloga especializada en fertilidad de IB, que ha reunido a las cuatro, les pide un último consejo para poder ayudar en el camino a otras mujeres que se plantean recurrir a la medicina reproductiva o que ya están inmersas en un tratamiento. Todas coinciden en que es normal estar perdidas al principio, que el miedo es una constante con el que hay que saber convivir. Recomiendan confiar en el equipo que lleva su caso. También buscar el apoyo de la pareja o el entorno es importante para ayudar en los momentos más duros. Y como principal consejo, el que resume Laura: “que no pierdan la esperanza. Confiar, porque, aunque el proceso se te haga largo, al final, cuando lo consigues, se te olvida lo malo”.
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