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ITS y fertilidad: ¿es posible ser madre tras una enfermedad de transmisión sexual?

19 de diciembre de 2024

El impacto de la gonorrea en España aumenta un 42,6% en el último año y el de la clamidia, un 20,7%

La doctora María Martínez, en Instituto Bernabeu.

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) suelen asociarse a un problema de salud inmediata, pero su impacto va más allá de los síntomas visibles. Estas enfermedades, muchas veces silenciosas, pueden convertirse en un obstáculo inesperado para quienes desean formar una familia años más tarde. Con más de un millón de nuevos casos diarios en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ITS como la clamidia y la gonorrea lideran las causas prevenibles de infertilidad, demostrando que su efecto no se limita a la infección inicial, sino que puede alterar profundamente la capacidad de tener un hijo.

“La infección silenciosa es uno de los mayores peligros”, destaca la doctora María Martínez, ginecóloga y directora médica de Instituto Bernabeu Elche. «Muchas ITS no presentan síntomas evidentes, lo que retrasa el diagnóstico y el tratamiento, agravando los daños a largo plazo en la fertilidad. Es crucial realizar revisiones periódicas y fomentar la educación sobre prevención. Si se trata a tiempo, se pueden evitar muchos problemas», añade.

Las últimas estadísticas a nivel nacional dibujan un panorama preocupante en este ámbito al registrar un incremento significativo de la incidencia de las ITS. Entre ellas, destacan la clamidia, con un crecimiento del 20,7 % anual, con 36.983 casos; la gonorrea, con un incremento del 42,6 %, alcanzando las 34.401 infecciones; mientras que la sífilis registra un 24,1 % más de casos, hasta los 10.879.

“La clamidia y la gonorrea, por ejemplo, pueden causar enfermedad inflamatoria pélvica en mujeres, pudiendo afectar de forma permanente a las trompas de Falopio y al útero, aumentando el riesgo de infertilidad y embarazos ectópicos. En los hombres, estas infecciones pueden provocar epididimitis, inflamación del epidídimo, lo que puede llevar a problemas de fertilidad”, detalla la Dra. Martínez.

El impacto en los hombres

Según el informe anual del Instituto de Salud Carlos III, las ITS afectan especialmente a los hombres jóvenes: la clamidia es especialmente preocupante entre menores de 25 años.

Algunas publicaciones científicas reflejan que la infección por clamidia afecta negativamente a la calidad seminal. Concretamente, provocan un descenso en la concentración de espermatozoides y su motilidad, así como un aumento en la fragmentación del ADN y en la muerte celular espermática.

Estas infecciones afectan la calidad y movilidad de los espermatozoides, lo que reduce su capacidad de fecundar el óvulo. Además, un estudio publicado en The Lancet revela que hasta el 30% de los casos de infertilidad por casusas masculinas están relacionados con ITS no diagnosticadas o mal tratadas. “Además de afectar la calidad espermática, ciertas infecciones pueden alterar el ADN del esperma», explica la directora médica de Instituto Bernabeu Elche.

Más allá del impacto inmediato en la salud, las ITS tienen un efecto devastador en los sueños de formar una familia. Según un estudio de Instituto Bernabeu hasta un 30 % de las parejas que buscan tratamiento por infertilidad han tenido antecedentes de ITS no tratadas. El impacto de las ITS no se limita a la fertilidad, sino que también puede afectar el embarazo. Infecciones no tratadas como la clamidia pueden transmitirse de madre a hijo durante la gestación o el parto, provocando infecciones neonatales graves, bajo peso al nacer o incluso la pérdida del embarazo, algo habitual en los casos de sífilis congénita.

Este contexto deriva en que cada vez haya más parejas españolas que tienen problemas para tener hijos en España y que las clínicas de fertilidad asistida atiendan un mayor volumen de casos. Actualmente 1 de cada 6 niños en el mundo nace mediante reproducción asistida y, en mujeres que superan los 41 años, el 50% de nacimientos es por donación de óvulos. La media de edad de las pacientes que acuden a las clínicas de Instituto Bernabeu ha ido creciendo en los últimos 40 años y ahora es de 39,6 años. Si tenemos en cuenta aquellas que necesitan recurrir a la ovodonación, la edad supera los 42,2.

«El acceso a la información es nuestra mejor herramienta para proteger la fertilidad. Por fortuna, en la actualidad contamos con especialistas capaces de superar muchas adversidades que nos impone la fertilidad y nos permiten incrementar notablemente las esperanzas para que las parejas puedan cumplir su sueño de formar una familia, incluso en casos de infertilidad causada por ITS», concluye la Dra. Martínez.

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