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Actualidad

La necesidad de semen de donante crece mientras que la calidad de las muestras disminuye

22 de noviembre de 2007

La necesidad de semen de donante crece pero su, en ocasiones, mala calidad, dificulta la cobertura de esa creciente demanda. Factores como la polución y los hábitos de vida intervienen negativamente en el semen y en su idoneidad para ayudar a otras parejas, madres solteras o mujeres sin pareja masculina a tener hijos.

Las causas de esa demanda son diversas. Por una parte está la propia mala calidad seminal, que repercute en un aumento de las parejas que precisan de una muestra válida de otro varón para lograr el embarazo. Por otra parte, también aumenta el volumen general de pacientes que demandan en el Instituto Bernabeu un tratamiento de fertilidad que necesita de muestras seminales de donante.

La Dra. Ana Fabregat, directora del Laboratorio de Andrología del IB, explica que un banco de semen se compone de distintas muestras seminales cuya necesidad de crioconservación surge a partir de distintas circunstancias o situaciones.

Una parte muy importante corresponde a los donantes de semen. Esas muestras son esenciales porque su uso es necesario en determinados pacientes. Mayoritariamente se utiliza en tres casos:

  1. Parejas cuyo varón tiene una ausencia total de espermatozoides (azoospermia) tanto en el eyaculado como en el testículo.
  2. Mujeres solteras que deciden afrontar su maternidad en solitario.
  3. Mujeres sin pareja masculina.

«Es importante señalar el hecho de que antes de que una muestra, sea cual sea su origen, sea introducida en nuestro banco de semen, tengamos los resultados del análisis serológico (hepatitis B, hepatitis C, HIV y screening para Sífilis) del varón para evitar el bajo riesgo que existe de transmisión de estos patógenos entre distintas muestras», según Fabregat.

Los varones que depositan una muestra de semen en el banco reciben como compensación por el traslado y las molestias, 40 euros por cada una de las muestras válidas.

Por otra parte, las muestras de un banco de semen corresponden a varones que, junto a su pareja, van a iniciar un ciclo de reproducción asistida. «Estos pacientes son los que mayoritariamente hacen uso de nuestro banco de semen» y la congelación del semen se indica por diversas causas:

1. Varones que tienen una calidad seminal muy baja, y por tanto, corremos el riesgo de  que el día de la punción ovárica no encontremos espermatozoides y debamos realizar una punción testicular para obtenerlos.

2.  Posible ausencia del varón el día de la punción ovárica debido a viajes, trabajo, etc… Como anécdota en este caso, comentar el caso de militares que han venido a congelar su semen antes de partir hacia un conflicto bélico o misiones humanitarias o simplemente destinados a países con ciertas enfermedades endémicas que requieren profilaxis farmacológica durante un tiempo más o menos prolongado.

En tercer lugar, varones que quieren preservar su fertilidad «debido a que se les ha diagnosticado algún tipo de tumor o enfermedad proliferativa que requiere para su tratamiento la administración de quimioterapia y/o radioterapia». La Dra. Fabregat resalta que «la afectación de la calidad seminal depende de la susceptibilidad interindividual, del tipo de fármacos quimioterápicos utilizados y del tiempo de aplicación del tratamiento. Dependiendo de los factores anteriores, existe el riesgo de no recuperar la fertilidad».

Otros pacientes que también se muestran interesados en la congelación del semen son aquellos varones «que tienen previsto realizarse una vasectomía y piensan en la posibilidad de que en futuro se vuelvan a plantear el hecho de ser padres», añade la experta.

El proceso de conservación

En cuanto al proceso de congelación de las muestras de semen, la Directora del Laboratorio de Andrología del IB explica que «consiste en mantener los espermatozoides en un estado de ‘aletargamiento’ durante un tiempo indefinido que viene marcado por la voluntad del paciente».

En primer lugar, «se mezcla el semen con una sustancia crioprotectora que protege a los espermatozoides del posible daño causado por el proceso de congelación. Seguidamente se le somete a una reducción programada y progresiva de la temperatura hasta llegar a – 130 ºC y posteriormente se conserva en recipientes criogénicos rellenos de nitrógeno líquido a -196 ºC. Debemos tener la precaución de observar y mantener los niveles de nitrógeno ya que se evapora con facilidad y podrían destruirse todas las muestras del recipiente si llegara a darse una descongelación de las mismas».

Más información

Anna Gomis

Departamento de Comunicación

Instituto Bernabeu

965154000

comunicacion@nstitutobernabeu

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