Cambios emocionales durante el tratamiento de fertilidad
La dificultad para tener hijos llega a la vida de una pareja de forma inesperada y supone una crisis vital en la persona. Esto conlleva una serie de cambios emocionales que pueden afectar de manera importante tanto a la persona de manera individual (pudiendo afectar a todos sus sistemas, el emocional, el mental y el físico) así como a su relación de pareja, siendo una experiencia en la que ambos tienen que adaptarse.
Las personas que experimentan la situación de infertilidad suelen verse afectadas por un sinfín de emociones que, en ocasiones, no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a la situación.
Todo este recorrido desde que la persona empieza con la búsqueda de embarazo hasta el momento incierto en el que pueda lograrlo, lleva consigo el experimentar numerosas y continuadas pérdidas que conllevan pequeños duelos que, a veces, no se viven de manera consciente. Estas pérdidas suelen generar cambios emocionales que son importantes de identificar.
Como pérdida podemos considerar las siguientes situaciones:
- Recurrir a Reproducción Asistida se puede sentir como perder la capacidad de conseguir el embarazo de manera natural.
- Cada menstruación se puede vivir como pérdida de oportunidades.
- Un diagnóstico de enfermedad genética se puede sentir como pérdida de tener un hijo sano de forma natural.
- Lograr un embarazo que no haya evolucionado (aunque se haya alcanzado solo hasta la implantación) se vive como una pérdida gestacional.
- Cuando el tratamiento tiene resultado negativo se puede experimentar como una pérdida de poder haberlo conseguido tras invertir muchos esfuerzos (ilusión, deseo, esperanza, económico…),
- Cuando la mejor opción para tener un hijo/a es la donación de gametos se vive como una pérdida de vínculo genético (duelo genético), siendo ésta una de las situaciones más complejas para afrontar.
Todas estas pérdidas requieren un duelo, que como la palabra nos viene a decir, generan dolor, y en función de los recursos personales, se viven con mayor o menor intensidad.
Las reacciones emocionales que afloran características de este proceso serían: shock inicial, negación, rechazo, rabia, miedo o tristeza hasta lograr la aceptación. Los diferentes sentimientos vividos de angustia, pérdida y frustración suelen generar sensación de falta de control e incertidumbre haciéndose complicadas algunas fases del tratamiento.
Siguiendo el consejo de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los pacientes con dificultades reproductivas deberían beneficiarse del servicio de apoyo emocional para mejorar el malestar emocional que pueda aparecer durante las diferentes fases del tratamiento.
Natalia Romera, psicóloga en Instituto Bernabeu.