Segunda opinión médica para valorar cambiar o dejar el tratamiento
El camino de los tratamientos de fertilidad puede llegar a suponer un muy largo recorrido. A pesar de los avances en los últimos años, sigue siendo un campo con muchas zonas grises y la eficacia de las técnicas no alcanza el 100%.
En muchas ocasiones no somos capaces de diagnosticar cuál es exactamente causa de la infertilidad, lo cual supone una frustración para las parejas que puede ser difícil de manejar.
Además, hay que tener en cuenta el esfuerzo emocional y económico que este tipo de tratamientos requieren.
No es infrecuente que este cúmulo de circunstancias desencadene cierta necesidad de confirmar por parte de otros profesionales, que el diagnóstico y el pronóstico que se les ha explicado es correcto. El hecho de pedir una segunda opinión médica no debería significar forzosamente que se haya perdido la confianza en un centro. Se trata de una situación delicada en la que está en juego un proyecto de familia, y es deseable poder afrontarla sin dudas acerca de las posibilidades y las formas de conseguirlo.
Cuando las parejas vienen de otros centros con varios tratamientos fallidos, no siempre es fácil ayudarles a tomar la decisión de qué hacer: abandonar; volver a intentarlo; cambiar de gameto… La decisión final será tomada por la pareja, y cada caso es distinto. Para ello es fundamental que manejen información realista sobre su pronóstico, sin caer en falsas esperanzas.
Desde el punto de vista ético, la guía de buen práctica de la SEF nos dice que “las técnicas de reproducción asistida se realizarán solamente cuando haya posibilidades razonables de éxito, no supongan riesgo grave para la salud, física o psíquica, de la mujer o la posible descendencia y previa aceptación libre y consciente de su aplicación por parte de la mujer, que deberá haber sido anterior y debidamente informada de sus posibilidades de éxito, así como de sus riesgos y de las condiciones de dicha aplicación”. Los profesionales nos basamos en esto para asesorar a las parejas que acuden buscando una segunda opinión.
Por otro lado, desde el punto de vista de recursos, no todos los centros gozan de las mismas prestaciones. La tecnología y el equipamiento del que un centro dispone puede marcar una diferencia importante para alcanzar lo que buscamos, como son el número de incubadores, medios de cultivo embrionario, posibilidad de realizar estudios genéticos con una técnica eficaz y segura… De la misma forma, la existencia de unidades especializadas en distintas patologías puede ayudar en determinados casos, mediante la aplicación de protocolos específicos y gracias a la investigación en estas áreas.
Dra. Alicia Herencia, ginecóloga en Instituto Bernabeu.