Miomas uterinos: ¿cómo afectan a la fertilidad y el embarazo?
La anidación del embrión en el útero materno puede verse afectada por numerosos factores. Entre ellos, la existencia de miomas.
Los miomas, también conocidos como fibromas o leiomiomas, son tumoraciones benignas del músculo liso de la pared del útero, que pueden aparecer a lo largo de la época reproductiva de una mujer en un 30% de los casos. Solo entre un 2%-3 % pueden ser la causa de la esterilidad.
Su origen no está perfectamente definido, pero se sabe, que factores genéticos, ambientales y hormonales influyen en su aparición.
El tamaño y la localización es muy variable. Se clasifican en tres grandes grupos:
- Miomas subserosos: Ubicados en la pared externa del útero
- Miomas submucosos: Invaden hacia dentro la cavidad del útero
- Miomas intramurales: Aparecen en las capas internas de la pared del útero.
Hay diferentes razones por las que los miomas pueden afectar a la fertilidad.
Por efecto mecánico, pueden deformar la cavidad donde anida el embrión, dificultar la entrada de los espermatozoides por el cuello del útero e incluso obstruir la salida de las trompas de Falopio. Por otra parte, pueden liberar sustancias proinflamatorias, aumentar las contracciones del útero y comprometer la vascularización dificultando la implantación del embrión.
Los síntomas dependerán de su tamaño, localización y número. Pueden variar desde ser completamente asintomáticos a causar dolor abdominal, aumento en el sangrado de las reglas (hipermenorrea), metrorragias (sangrados anormales entre reglas), aumento del diámetro del abdomen e incluso abortos.
En algunas ocasiones, los miomas pueden crecer durante el embarazo. Solo aquellos de gran tamaño y localizaciones específicas se han relacionado con un aumento de la tasa de cesárea o parto prematuro, ya que pueden dificultar la salida del bebé por el canal del parto.
En la gran mayoría de casos, no suponen un problema y la actitud es expectante, con control ecográfico anual. Solo en algunos casos es necesario complementar el estudio con pruebas como la histerosonografía, histeroscopia o una RM pélvica.
Existen tratamientos médicos que reducen de manera temporal su tamaño (son los más utilizados en las mujeres que desean concebir) y quirúrgicos (resecando el mioma o quitando el útero). En mujeres que deseen embarazo, se recomienda la resección de aquellos miomas submucosos (vía histeroscópica) e intramurales mayores de 5cm (vía abdominal).
Por todo ello, es fundamental una valoración detallada de cada caso por un especialista para un correcto manejo y tratamiento individualizado.
Dra. Ruth Romero, ginecóloga del Instituto Bernabeu