Octubre, mes de prevención del Cáncer Ginecológico
Los dos tumores malignos más frecuentes en la mujer son el cáncer de cuello uterino y el cáncer de mama. El diagnóstico precoz del primero se beneficia de técnicas prevención primaria y secundaria (vacuna y citología). El segundo sigue beneficiándose de técnicas radiológicas de cribado (mamografías).
El aumento de casos de cáncer de mama en las últimas décadas ha sido evidente en los países desarrollados, pero también es cierto que ha descendido el número de muertes por esta causa. Ello es debido a que se han diagnosticado más casos de tumores en estadio temprano (pequeños y que no han llegado a otras zonas del cuerpo) haciendo más sencillo el tratamiento y mejorando el pronóstico.
Conocemos diversos factores de riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Algunos de ellos están claros y comprobados tales como los factores genéticos o familiares, los antecedentes de que se ha padecido este tipo de cáncer, la falta de descendencia y la edad. Otros pueden verse representados por estilos de vida, de alimentación o por cierto tipo de tratamientos con otras finalidades.
La mamografía es la técnica de cribado más específica para el cáncer de mama. Sus ventajas la han situado a la cabeza de las técnicas diagnósticas y es conveniente perder el miedo al supuesto factor del peligro que representa la dosis de radiación.
La periodicidad de la mamografía sigue estando en debate y depende de los países y de sus programas estatales. Pero es conveniente que una cosa son los intervalos recomendados para realizarlas a poblaciones sin riesgo y otra cosa los que deben aplicarse a mujeres con determinado riesgo.
En suma, si la historia ha demostrado que prevenir es mejor que curar el mejor ejemplo son estos dos tumores de la mujer. Las revisiones ginecológicas periódicas son el mejor consejo que podemos brindar a nuestras mujeres.
Dr. Eduardo Vilaplana, ginecólogo del Instituto Bernabeu