¿Qué es la placenta previa?
Hablamos de placenta previa cuando ésta se encuentra cerca del cuello del útero. El diagnóstico se realiza siempre mediante ecografía, siendo muy frecuente al inicio del embarazo: si así ocurre, no es una situación alarmante, pues con el transcurso de las semanas, el útero crece y la placenta asciende, normalizándose en la mayoría de casos la situación. Sólo en muy pocas ocasiones, la placenta se mantiene con la inserción baja hasta el final.
Tipos de placenta previa
Según la localización exacta, se clasifica en:
- Placenta previa marginal: la placenta en estos casos se sitúa cerca del cuello, sin cubrirlo. Según progresa el embarazo, suele ascender, permitiendo habitualmente el parto por vía vaginal.
- Placenta suboclusiva: se cubre parte del cuello uterino. En esta situación, la forma de terminación depende especialmente si aparece hemorragia, finalizando entonces con cesárea.
- Placenta oclusiva: en la que la placenta cubre por completo el cuello. En estos casos, la cesárea es la única vía permitida de parto.
Síntomas de la placenta previa
Hay ocasiones que favorecen la implantación baja de la placenta: el embarazo múltiple, úteros intervenidos antes de la gestación, anomalías en la forma uterina, cesáreas previas, tóxicos, multíparas, edad materna avanzada, etc.
Los síntomas de una placenta previa pueden variar desde la ausencia total al sangrado. Y a su vez, esta hemorragia puede ser escasa o realmente severa y en cualquier momento del embarazo.
Tratamiento de la placenta previa
La recomendación principal ante el diagnóstico de placenta previa, es el reposo y observación constante, con un seguimiento de la implantación uterina mediante ecografía. Se ha de limitar toda actividad física, abstinencia sexual y evitar los tactos vaginales. Si se presenta un sangrado súbito e intenso, ingreso hospitalario inmediato, y dependiendo de la intensidad de la hemorragia, incluso con intervención urgente, con finalización del embarazo. Si cede de manera espontánea y no se ha llegado a término, puede prolongarse el embarazo pero con cuidados especiales que pueden incluir la administración de corticoides para maduración pulmonar e incluso prevención del parto prematuro.