Relaciones sexuales programadas, una sencilla primera posibilidad
¿Quién no se ha preguntado alguna vez “cuándo debo tener relaciones sexuales para tener más posibilidades de quedarnos embarazados”?
En líneas generales, esta duda no debe generar estrés, ya que manteniendo relaciones sexuales cada 2 o 3 días a mitad de ciclo (coincidiendo con el momento de la ovulación), sería suficiente para abarcar el período de máxima fertilidad de la mujer.
En determinadas ocasiones, cuando ya hay un contexto en el que preocupa la posibilidad de gestar, ya sea por motivos personales, familiares o sociales, o porque se haya iniciado un estudio de esterilidad y no haya una indicación absoluta de una fecundación in vitro (FIV) o una Inseminación Artificial, se puede ofrecer un sencillo tratamiento, que monitorizado por el ginecólogo, haga incrementar las posibilidades de quedarse embarazada espontáneamente. Desde luego, cada pareja debe ser asesorada de si es éste un tratamiento indicado en su caso.
Se trata de las “Relaciones Sexuales Programadas” o “Coitos Dirigidos”.
¿En qué consisten los coitos dirigidos?
Básicamente consiste en mejorar la ovulación natural de la mujer, preparar mejor el endometrio (lugar de anidación del embrión), provocar la ovulación en el momento óptimo y dar soporte hormonal hasta el momento de menstruar o de hacer el test de embarazo. De esta manera, mantendrá relaciones sexuales en el mejor momento para la concepción.
Para ello, desde que la mujer menstrúa, damos una sencilla pauta de medicación ajustada al calendario de ese ciclo. Opcionalmente podemos hacer un control ecográfico y ajustar aún más si cabe el momento de la ovulación. Las dosis y nombre del medicamento pueden variar según cada caso.
Durante los días que dura el tratamiento, la pareja puede mantener vida absolutamente normal. Únicamente se necesita una pequeña destreza para administrarse la única inyección que indicamos, sobre el día 14 del ciclo, si lo desea puede acudir al centro a realizarla por nuestro personal. Además, se recomienda evitar relaciones los 3 días previos a los que programamos las relaciones sexuales, al igual que cuando el varón deja una muestra seminal en el laboratorio. Después, el soporte de fase lútea se realiza con comprimidos vaginales, habitualmente por la mañana y por la noche.
Objetivo de las relaciones sexuales dirigidas
Lo que no debemos olvidar es que este tratamiento tiene unas características fundamentales:
- Reducir el estrés que podría causar la espera para otro tratamiento.
- Mejorar las posibilidades de embarazo en mujeres con disovulación.
- Evitar de entrada molestas exploraciones adicionales.
- Concentrar en el tiempo las posibilidades de gestar, antes de decidir otras alternativas.
En nuestra experiencia, este tratamiento, es sencillo, muy bien tolerado y aporta unas razonables posibilidades de embarazo sin que el ginecólogo, el médico o la clínica, pasen a formar parte de la vida diaria de la pareja.
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