Sangrado por implantación o por pérdida de la gestación: ¿Debo preocuparme? ¿Cómo diferenciarlo?
Quizá el periodo más estresante por el que pasan los pacientes en el seno de un ciclo de reproducción asistida es el que corresponde a los días comprendidos entre la transferencia de embriones y la fecha en que hemos indicado realizar el análisis en sangre de la hormona de embarazo (“la beta”).
De hecho, ya tiene nombre, “la betaespera”. En esos días muchas cosas pasan por la mente de los pacientes: miedos, ilusiones, incertidumbre.
Y, a veces, ciertas situaciones vienen a incrementar el estrés, ya propio, de esta espera.
Una de estas situaciones es la aparición de sangrado vaginal bien en los días previos a la fecha del análisis de la beta o, ya una vez conocido que el resultado es positivo, antes de realizar la primera ecografía en la que podemos confirmar la evolución del embarazo.
Se calcula que en alrededor de un 30% de las pacientes puede aparecer el temido sangrado vaginal.
En los casos más precoces, suele ocurrir 2 o 3 días previos a la fecha del análisis de la beta, en muchas ocasiones el mismo día del análisis. Suele ser un sangrado escaso o muy escaso, de duración variable, pero con frecuencia autolimitado y, normalmente, no acompañado de dolor. En estas ocasiones lo que inmediatamente piensan las pacientes es que todo está perdido.
Es muy importante recalcar que es imposible saber en estos momentos que va a ocurrir pero en muchas ocasiones este tipo de sangrado se asocia al inicio de la implantación del embrión en el útero ya que los lazos entre ambos se establecen a través de la generación de microscópicos vasos sanguíneos que el embrión lanza a modo de invasión en el espesor del endometrio. Esta “invasión microscópica” puede originar rotura de pequeños vasos maternos produciendo la aparición del sangrado vaginal. En otras ocasiones, puede significar que no ha habido implantación y el endometrio empieza a desprenderse y sangrar.
Cómo actuar
¿Qué hacer? En primer lugar, y esto no nos cansaremos de recalcarlo, NO ABANDONAR LA MEDICACIÓN INDICADA POR SU MÉDICO. La única prueba definitiva la tendremos con el resultado del análisis de la hormona de embarazo. Hasta ese momento, nada está ganado, pero tampoco perdido.
En segundo lugar, ponerse en contacto con el centro que ha realizado el tratamiento que le indicará en cada caso las recomendaciones precisas.
Las ocasiones en que los sangrados aparecen una vez que ya sabemos que la beta es positiva y estamos esperando la realización de la primera ecografía, las características del sangrado pueden ser mucho más variables en cuanto a cantidad, aparición, duración y asociación o no a dolor. En esta fase, y hasta poder ver la evolución del embarazo por ecografía realizamos controles analíticos de las betas.
Sabemos que es muy complicado, y es comprensible que sea así, que la paciente que lo presenta mantenga la calma, pero al menos debe intentarlo y seguir las recomendaciones de su médico que estará en todo momento atendiendo sus dudas y consultas.
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Dra. Lydia Luque, ginecóloga del Instituto Bernabeu.