Cáncer tiroides y tratamiento de yodo radioactivo en la fertilidad
El cáncer de tiroides es relativamente frecuente. El tratamiento suele consistir en una extirpación completa de la glándula tiroidea seguido por un tratamiento con Yodo radioactivo y posteriormente aportar de por vida un preparado de hormona tiroidea.
Este tipo de cáncer puede afectar a mujeres durante su edad reproductiva y el indicar tratamiento con Iodo radioactivo genera preocupación sobre la afectación de la fertilidad.
Las mujeres tratadas, tienen en el 30% de los casos pérdida de la menstruación y/o irregularidades menstruales que pueden durar hasta un año. También pueden ver adelantada la edad de la menopausia, acortando así el periodo de vida reproductiva de la mujer (hecho muy importante, sobre todo por el retraso actual de la edad para buscar descendencia).
Recientes estudios* han demostrado que el Yodo radioactivo disminuye la reserva ovárica. En el trabajo mencionado se comprueba que tras el tratamiento con Yodo radioactivo se produce una disminución de Hormona Antimülleriana (hormona que mide la reserva ovárica), teniendo lugar el descenso máximo a los 3 meses y que los niveles de esta hormona no se recuperan completamente incluso tras un año de seguimiento.
Todos estos datos apuntan a que el tratamiento puede disminuir la reserva ovárica de forma irreversible.
Por ello, indicamos a mujeres que van a ser sometidas a un tratamiento con Yodo radioactivo recoger y custodiar ovocitos antes de la radiación, no solo para preservar la fertilidad sino además para obtener ovocitos “más sanos” puesto que no han sufrido exposición a radioactividad.
Si ello no es posible, o la paciente ya ha recibido el tratamiento y se plantea en el futuro tener descendencia propia, recomendamos valorar sin demora la reserva ovárica actual y en función del pronóstico reproductivo, decidir.
Aunque este cáncer es menos frecuente en varones, en ellos la fertilidad también se ve afectada observándose una disminución del recuento de espermatozoides así como una disminución de la calidad global del semen que puede durar hasta 18 meses tras el tratamiento, sin que exista seguridad de que la recuperación posterior sea completa.
En los varones, nuestra propuesta es por tanto, conservar gametos “más sanos” en un banco de semen antes de ser sometidos al tratamiento.
Como se deduce de lo anteriormente expuesto, efectivamente el tratamiento con Yodo radioactivo puede afectar a la fertilidad, pero con un asesoramiento adecuado podemos soslayar el efecto deletéreo y mantener altas nuestras posibilidades reproductivas.
*Resultados presentados este mismo año en el Congreso de la Endocrine Society celebrado en Boston del 1 al 4 de abril.
*Fertility and Sterility 2011;95:1552
Dra. Pino Navarro, endocrinóloga en Instituto Bernabeu.