Endometriosis, ¿por qué nuestro sistema inmune lo permite?
Sí, ¿por qué? Muchas personas después de leer esto texto empezarán a pensar en la endometriosis de otra manera. A pesar de que es una enfermedad crónica que afecta prácticamente al 50% de nuestras pacientes con dificultades reproductivas o que consultan por dolor pélvico, ignoramos su causa.
En un intento de dar explicación a algo que todavía no la tiene, relatamos la cada vez menos creíble teoría de la menstruación retrógrada. Es decir, que parte del sangrado menstrual en vez de descender hacia el exterior, pasa al interior del abdomen lo que, evidentemente no explica como existen pacientes con endometriosis en el pulmón o el cerebro. O como incluso se ha encontrado en el cordón umbilical de la recién nacida.
Va creciendo la evidencia de que puede existir un proceso inmunológico ligado a la aparición y gravedad de la endometriosis.
Se podría explicar como si se tratase de una enfermedad autoinmune que cursa a brotes.
Existirán pacientes que sólo tengan “un brote” (endometrioma) en toda su vida y otras en las que su enfermedad estará siempre en actividad. Además, parece ser, que también tiene una base genética, como las enfermedades autoinmunes, en las que familias enteras se ven afectadas.
La base inmunológica de la endometriosis nos explicaría porque el sistema inmune permite esta invasión. De forma natural cuando una paciente tiene un sangrado leve peritoneal, nuestro sistema inmune lo absorbe o mejor dicho lo fagocita y sin embargo, esto no ocurre con el tejido endometriósico.
¿Por qué? Sabemos que existe un proceso inflamatorio crónico ligado a la enfermedad y siempre habíamos creído que este proceso era consecuencia de la endometriosis.
Pero, y ¿si fuera la causa? Parece ser que las pacientes con endometriosis tiene un perfil inmunológico alterado en su endometrio, que podría estar provocando que, por una parte, existiera este proceso inflamatorio crónico en todo el aparato genital y por otra, disminuyera la receptividad endometrial. Estas dos consecuencias podrían estar dando lugar a esterilidad.
Aunque por ahora tenemos más interrogantes que respuestas, el avance sobre la etiopatogenia inmunológica de la enfermedad podría dar lugar a tratamientos más eficaces.
Actualmente, lo que si sabemos es que existen ciertas moléculas del sistema inmune (interleuquinas) que nos pueden ayudar a realizar un diagnóstico precoz, con las consecuencias que ello deriva.
Detectarlas en sangre, podremos saber si la paciente va a tener endometriosis aún sin verla en las ecografías, advertirle de las posibles consecuencias reproductivas y clínicas y evitar el progreso de la enfermedad. También, podemos entenderla mejor, cuando nos habla de su dolor menstrual a, a pesar de una exploración ginecológica normal.
En definitiva, seremos capaces de ayudarla y tratarla mejor.
La Unidad de Endometriosis del Instituto Bernabeu ofrece a nuestras pacientes un cuidado integral y totalmente personalizado para mejorar la calidad de vida, reduciendo las molestias y previniendo posibles complicaciones, así como la mejora y preservación de su fertilidad.
Dra. Belén Moliner, ginecóloga del Instituto Bernabeu.