La incertidumbre en los tratamientos de reproducción asistida
La duda y la incertidumbre es uno de los peores enemigos del ser humano, y en el caso en el que estemos realizando un tratamiento de reproducción asistida, parece especialmente conflictivo.
Los tratamientos de reproducción asistida están plagados de muchos sentimientos, algunos buenos: esperanza, ilusión,…y otros no tanto, como el miedo al fracaso, a tener que repetir, al qué dirán… Y entre ambos extremos se mete la incertidumbre, que nos hace más difícil el pensar con claridad y objetividad; ¿lo conseguiré? Y si me quedo embarazada, ¿qué riesgo tengo de abortar? ¿tendré que repetir la transferencia embrionaria y/o la estimulación o tendré que cambiar de tipo de tratamiento si este no funciona?
En este sentido, nosotros, los ginecológos intentamos dar un punto de objetividad y realidad desde el otro lado de la mesa, pero sin perder la empatía y la cercanía. Porque en realidad, las dos partes vamos remando juntos en el mismo barco y con el mismo objetivo en la cabeza: conseguir un bebé en casa.
Intentamos hablar de porcentajes y estimaciones para disponer de expectativas reales y de ideas de pronóstico, y poder saber a qué atenernos, hasta dónde estamos dispuestos a luchar y qué es lo que podemos esperar.
El objetivo de los tratamientos de reproducción asistida ha ido cambiando a lo largo de estos años. En un principio el objetivo principal era conseguir un embarazo, sin tener en cuenta riesgos de gemelaridad, síndrome de hiperestimulación ovárica, etc. Con el tiempo, hemos ido mejorando y perfeccionando los tratamientos y el objetivo ha ido cambiando hacia la consecución de un único hijo (evitando por tanto los riesgos asociados al embarazo múltiple, tales como prematuridad, enfermedades hipertensivas durante la gestación, …) y evitando los efectos colaterales indeseables como la hiperestimulación ovárica.
Poco a poco, vamos avanzando hacia la consecución de un único hijo y sano. Y ya en los últimos años, empezamos a hablar de nuevos términos: como el “tiempo para concebir” es decir, el tiempo que debemos de invertir hasta conseguir una gestación y “tasa acumulativa de recién nacido”.
Evidentemente, el objetivo es intentar invertir el menos tiempo posible en conseguir el embarazo, es decir, ser lo más eficientes posibles. En cuanto a la tasa acumulativa de recién nacido, se refiere a intentar que en un único tratamiento podamos completar la familia que deseemos. La idea sería gestar, tener un bebé y disponer de embriones vitrificados para el día de mañana cuando se quisiera aumentar la familia, si es ese es el deseo.
Dra. Andrea Bernabeu, Directora Unidad de Asesoramiento Genético y Reproductivo de Instituto Bernabeu.