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Prevención y detección precoz del cáncer ginecológico

Prevención y detección precoz del cáncer ginecológico

Los casos de cáncer ginecológico han aumentado en los últimos años. Pero también lo han hecho paralelamente la curación y detección tempranas de este tipo de tumores. Los avances en investigación médica, aplicados sobre todo a la prevención y al control regular de la salud ginecológica, hacen que las previsiones de futuro de los expertos sean cada vez más prometedoras.

Tipos de prevención

La prevención de los distintos tipos de cáncer femenino puede ser de tres tipos, según explican los expertos del Instituto Bernabeu de Alicante.

  • En primer lugar, la prevención primaria. Es decir, la puesta en marcha de medidas como la promoción de la salud o la vacunación encaminadas a evitar la aparición de la enfermedad;
  • la prevención secundaria, es el segundo. Se refiere al conjunto de actividades pensadas para detectar la enfermedad de forma precoz, como el cribado o las citologías regulares.
  • Por último, la prevención terciaria serían las medidas o tratamientos dirigidas a curar o paliar la enfermedad.

Prevención del cáncer de útero (VPH)

Uno de los cánceres más frecuentes en la mujer es el de cuello de útero. Como en los otros tipos de tumores, la detección temprana es fundamental. La vacuna contra el virus del papiloma humano, VPH, -o HPV por sus siglas en inglés-, y la realización de citologías regulares son las herramientas más beneficiosas para su prevención precoz. “La vacuna es fundamental porque disminuye la incidencia de infecciones por VPH”, explica el codirector médico del Departamento de medicina reproductiva del IB. Concretamente, “el VPH es la causa del 100% de los cánceres de cuello uterino”. Es decir, no es posible que una mujer padezca este tipo de cáncer si no tiene el virus.

De entre los 120 tipos de VPH que existen, 15 son los considerados de alto riesgo para el desarrollo del cáncer de cuello de útero. De ellos, el 16 y 18 son los que provocan en particular un mayor riesgo en la mujer de desarrollar ese tipo de tumor. Esos dos tipos son, de hecho, los causantes del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. La vacuna “es una medida eficaz que recomendamos a todas las mujeres, especialmente antes del inicio de las relaciones sexuales, aunque también es beneficiosa posteriormente”, añade el experto.

Además de la vacunación como medida de prevención primaria, son fundamentales la citología y las nuevas pruebas de biología molecular. El doctor explica que “tenemos muy controlado el cáncer de cuello uterino porque las mujeres se vacunan y porque tenemos una medida eficaz que es la citología. Consiste en tomar una muestra de las células del cuello del útero y cuyo análisis hace que detectemos lesiones precancerosas cuando todavía no se ha desarrollado la enfermedad”. Como consecuencia, “podemos tratarlas y controlarlas antes de que se desarrolle el cáncer”. Para el especialista, “los tratamientos son sencillos y no condicionan la vida de la mujer”.

Prevención del cáncer de mama

Por lo que respecta al cáncer de mama, el más frecuente en la mujer, la mamografía es la técnica “más eficiente” de cribado demostrada. Más todavía si se complementa con ecografías y resonancias nucleares magnéticas. Además de estas técnicas, y como medida preventiva de tipo primario, está la recomendación a la mujer de mantenerse en “un peso adecuado”. Según el doctor, “sabemos que un índice de masa corporal (IMC) elevado está favoreciendo el aumento de los cánceres y especialmente el cáncer de mama está asociado con el sobrepeso”. Dentro también de la prevención primaria, y aplicable a todos los cánceres, se debe evitar “la ingesta de alcohol, tabaco o productos tóxicos”.

Prevención del cáncer de endometrio

En el caso del cáncer de endometrio, al igual que en el cáncer de mama, el seguimiento y la detección precoz de la enfermedad es determinante. Se trata de un tipo de cáncer femenino “con un muy buen pronóstico”. Donde la ecografía ginecológica combinada con la histeroscopia, entre otras técnicas, “es lo que más nos va a ayudar”.

Prevención del cáncer de ovario y vulva

Frente a la facilidad de prevenir y detectar precozmente los cánceres de cuello de útero, mama y endometrio, los cánceres de ovario y vulva son los que más dificultades presentan en ese sentido. El de ovario “es una enfermedad de peor pronóstico ya que no hay una estandarización de las pruebas para hacer un diagnóstico precoz”. Pero en este caso también “la ecografía nos puede ayudar bastante”. También es fundamental conocer los grupos de riesgo y realizar con regularidad ecografías y control de los marcadores tumorales de cada mujer. Si esas medidas se llevan a cabo, “puede conducir a conocimientos tempranos” del cáncer de ovario. Por tanto, aplicar medidas de prevención terciaria dirigidas a curar la enfermedad. Algo similar ocurre con el cáncer de vulva, en el que también es importante conocer los grupos de riesgo y las condiciones particulares de cada mujer.

Preservar óvulos antes del tratamiento oncológico

Por otra parte, desde el Instituto Bernabeu se recuerda que cualquier mujer que va a recibir un tratamiento oncológico “debe ser informada sobre su pronóstico reproductivo, porque muchas veces los tratamientos tanto quirúrgico como de radio o quimioterapia pueden afectar a sus posibilidades de tener hijos posteriormente”. La preservación de óvulos, para su utilización una vez superada la enfermedad, es posible gracias a la congelación de óvulos y a acciones como la del Instituto Bernabeu de Alicante, que cuenta con “un programa en el que de forma gratuita se congelan los óvulos de mujeres que van a someterse a tratamientos oncológicos que pueden condicionar su fertilidad posterior”. Otra alternativa que disponible en el futuro y que se encuentra en fase de desarrollo experimental es la criopreservación de tejido ovárico. Una técnica “muy difícil” pero con “resultados prometedores”.

El especialista en fertilidad del IB es también optimista respecto a la detección y curación de los cánceres en la mujer: “Actualmente la tendencia es intentar contar con biomarcadores que puedan hacer una detección cuando el cáncer es todavía muy incipiente”. Es decir, que “con un análisis o con una prueba se podría detectar la enfermedad y aplicar así un tratamiento realmente muy sencillo y con unas posibilidades de curación muy altas”.

Con todo, el cáncer ginecológico es una realidad, pero también lo es la amplia variedad de medidas dirigidas a evitar su aparición o favorecer su curación. Especialmente en los primeros momentos de la enfermedad. Las investigaciones en marcha, las medidas primarias de promoción de la salud o la vacunación frente al VPH, así como un seguimiento exhaustivo de la salud ginecológica de la mujer mediante citologías son algunas de las herramientas clave para garantizar la prevención y diagnóstico precoz del cáncer femenino.

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